patagónica
el termómetro, colgado despretenciosamente al lado de la puerta de entrada, marcaba 23 grados celcius. era verano en la patagonia argentina y yo, que jamás me habÃa alejado tanto de los trópicos, flasheé trece veces con cada dÃa que se hacÃa tan largo. a las 10 de la noche lográbamos encontrar destellos de un sol que no se querÃa poner escondiéndose detrás de la montaña y flasheé otras 22 con la montaña que se miraba tan lejos pero a la vez tan cerca y que no me hacÃa recordar a absolutamente nada. fue un bonito viaje.
me gustó conocer la casa de tu mamá, cerca del lago; y cuando necesitaste un tiempo solo yo salà a caminar por las calles de un pueblo desierto y desconocido, y fantasié que caminarÃa infinitamente y nunca más me encontrarÃas. serÃa el fin de nuestra existencia, separados para siempre tras una desaparición en chubut. quizás me buscarÃas varios dÃas, irÃas a la policÃa, o te pelearÃas en un bar borracho y resentido. quizás solo llegarÃas al punto de encuentro y te darÃas cuenta de que era hora de seguir caminos diferentes y volverÃas manejando a casa de tu hermano, recordando nuestros mejores dÃas.
pero entonces orillaste el auto, bajaste el vidrio y me ofreciste ride. sonreà y después de pocos segundos de duda, aquella calma que viene a veces a decirte que todo está bien, que las decisiones suelen estar tomadas sin que las tomes tú, aquella calma vino y me abrazó todo el cuerpo y me subà al carro contigo, hacia cualquier destino que aquella carretera nos llevara, escuchando a calamaro y pensando que yo tampoco sabÃa si estaba despierta o tenÃa los ojos abiertos.
de recuerdo trajimos chocolates y cervezas y yo te tomé una foto hermosa. mirabas el horizonte y yo te miraba a vos, era verano en la patagonia argentina.
me gustó conocer la casa de tu mamá, cerca del lago; y cuando necesitaste un tiempo solo yo salà a caminar por las calles de un pueblo desierto y desconocido, y fantasié que caminarÃa infinitamente y nunca más me encontrarÃas. serÃa el fin de nuestra existencia, separados para siempre tras una desaparición en chubut. quizás me buscarÃas varios dÃas, irÃas a la policÃa, o te pelearÃas en un bar borracho y resentido. quizás solo llegarÃas al punto de encuentro y te darÃas cuenta de que era hora de seguir caminos diferentes y volverÃas manejando a casa de tu hermano, recordando nuestros mejores dÃas.
pero entonces orillaste el auto, bajaste el vidrio y me ofreciste ride. sonreà y después de pocos segundos de duda, aquella calma que viene a veces a decirte que todo está bien, que las decisiones suelen estar tomadas sin que las tomes tú, aquella calma vino y me abrazó todo el cuerpo y me subà al carro contigo, hacia cualquier destino que aquella carretera nos llevara, escuchando a calamaro y pensando que yo tampoco sabÃa si estaba despierta o tenÃa los ojos abiertos.
de recuerdo trajimos chocolates y cervezas y yo te tomé una foto hermosa. mirabas el horizonte y yo te miraba a vos, era verano en la patagonia argentina.
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